Tener un buen estado de salud no es algo que se escape completamente de nuestro control. Desde CIMA, Cuidado Integral de la Mujer en Andalucía, siempre en insistimos en la importancia de llevar un estilo de vida saludable. Mantener una alimentación equilibrada y practicar ejercicio físico moderado de forma regular nos ayuda a prevenir e incluso a combatir numerosas enfermedades. Pero muchas veces obviamos otro factor clave: la salud emocional también es fundamental para llevar una vida sana. En este último año, se han publicado numerosos estudios que confirman que el optimismo y la positividad están estrechamente ligados a un mejor estado de salud. 

Recientemente, un estudio de la Universidad de Harvard ha asociado el optimismo con un menor riesgo en las mujeres de muertes por cáncer, enfermedades cardiácas, accidentes cerebrovacvulares, enfermedades respiratorias o infecciones. Concretamente, los datos arrojaban que las mujeres optimistas tenían un 52 por ciento menos de riesgo de morir por una infección, un 39 por ciento menos de fallecer por un ictus, un 38 por ciento menos de morir por una enfermedad cardíaca y un 16 por ciento menos de hacerlo por cáncer. Unas cifras que ponen de manifiesto el papel esencial que juega la psicología en nuestra salud física. 

 “El optimismo no cura las enferdades, pero proporciona al organismo más recursos bioquímicos para luchar contra ellas” - Antonio Vallés.

Desde el “mens sana in corpore sano” de Juvenal, de la época romana, siempre hemos intuido, de una forma u otra, que salud física y psíquica van de la mano. Pero, gracias a las últimas investigaciones científicas, ahora tenemos datos sobre el grado de influencia de la psicología en las enfermedades y por qué. Y es que, según Eric Kim (investigador de Harvard), esto ocurre porque las mujeres más optimistas no sólo tienden “a actuar de forma más saludable; también se ha visto correlación con menos inflamación, unos niveles más saludables de lípidos en sangre y más antioxidantes que protegen a las células”. Es decir, el optimismo influye de forma directa en los mecanismos reguladores de nuestra salud. Según palabras del psicólogo Antonio Vallés, “el optimismo no cura las enferdades, pero proporciona al organismo, a través del sistema inmunológico, más recursos bioquímicos para luchar contra ellas”.

En CIMA, Cuidado Integral de la Mujer en Andalucia, trabajamos para mejorar la calidad de vida de las mujeres. Somos consciente de que, los nuevos ritmos de vida y trabajo, cada vez más acelerados, pueden pasar factura a nuestra salud. Así pues, afrontar la vida con serenidad y optimismo se presenta como una pieza clave en la salud del siglo XXI.